En estas fechas de verano donde el calor aprieta, son muchas las personas que disponen de aire acondicionado. El problema viene a la hora de elegir la temperatura adecuada que no afecte negativamente a nuestra salud o economía.
La fórmula que no suele fallar es programar el aire acondicionado de forma que no se superen los 12 grados de diferencia con la temperatura exterior. Una temperatura estable entre 24 y 26 grados es suficiente para sentirnos más frescos y no gastar demasiada energía.
Es aconsejable que antes de encender el aire comprobemos que todas las ventanas y puertas están bien cerradas, y es que un buen aislamiento de la vivienda hace que la temperatura se mantenga fresca más tiempo, lo que conlleva un mayor ahorro energético.
Poner el aire acondicionado a 25 grados es suficiente para aliviar el calor sin gastar demasiada energía
Hay que tener en cuenta que cuando llegamos a casa de la calle es normal que sintamos calor porque el cuerpo trae la temperatura de la calle. Por eso es mejor evitar bajar más la temperatura del aire y esperar a que nuestro cuerpo se aclimate.
Si cuando volvemos de la calle con ropa ligera ponemos el aire acondicionado a 18 grados al principio nos sentiremos bien, pero según avancen los minutos necesitaremos una chaqueta, gastando de forma inútil dinero y poniendo en riesgo nuestra salud.
Ya lo sabes, una temperatura alrededor de 25 grados centígrados es más que suficiente. Nuestra salud y bolsillo lo agradecerá.